martes, 26 de agosto de 2008

Soila 990 m. <> Travesía Circular

Cima rocosa de Soila

Plano de la Ruta Descrita
Ampliar mapa de la zona
Pista junto a un campo de cultivoJunto a la explana de la estación hemos cruzado la carretera de Bujanda y tomamos una pista que bordea un campo de cultivo. En cinco minutos llegamos a una bifurcación. El camino de la izquierda corresponde a la Etapa 2ª del GR-1 entre Antoñana y San Román Kanpezu. El de la derecha es el que debemos coger y además tiene una flecha direccional del PR-A-60. La pista, ancha, remonta en dirección al monte y penetra en un bosque de roble quejigo.
Tomamos la pista de la izquierda
A los 15' encontramos una bifurcación; la pista de la derecha accede a Soila por la denominada "Senda del Hagin", mientras que la de la izquierda es el PR que nos lleva a Korres.

Nosotros tomamos la pista de la izquierda, bordeando la peña de Soila para darle la vuelta. La pista de la izquierda será la que usemos como regreso, haciendo así un poco más largo este breve recorrido con una vuelta circular.
Senda AntoñanaA los 25' de la salida llegamos a otro cruce de caminos bien señalizado. Continuamos por la "Senda Antoñana" en dirección a Korres.
Llegamos al poco tiempo a el "Mirador" donde podremos contemplar una espléndida panorámica de Muela y Peña del Santo, así como de la Sierra Cantábria o Toloño.Panorámica desde el MiradorDejamos el mirador y seguimos por buena senda bordeando a Soila entre unos penitentes de piedra. A 10 minutos del "Mirador" alcanzamos otra bifurcación.Giramos a la derechaDejamos la pista que se dirige a Korres e iniciamos el ascenso a Soila siguiendo los hitos o postes con el punto amarillo que nos llevará sin pérdida hasta la unión de la "Senda Hagin" en el cresterío de Soila.
Lo mejor es seguir los puntos amarillos ya que los hitos de piedras aparecen y desaparecen hasta que se enlaza con el marcado sendero que está balizado con los mencionados postes con puntos amarillos.
Senda HaginLlevamos una hora de recorrido desde que salimos de Antoñana y ya tan sólo nos quedan unos 10 minutos hasta la cima, caminando casi todo el rato por la cresta y contemplando desde ésta la amplia panorámica que nos ofrece.
A pocos metros de la cima daremos con el famoso "Ojo de Soila", ventana natural abierta sobre el precipicio de la vertiente este.El Ojo de SoilaA escasa distancia del Ojo de Soila llegamos al vértice geodésico de la cima. Hay un buzón con la silueta modernista de un montañero observando el paisaje, apoyado en un vértice geodésico.Buzón de SoilaFue colocado el 4 de mayo de 1996 por el Club Peña Karria de Gasteiz. Por su cima despejada la panorámica que vamos a obtener desde este punto es magnífica.
Por el norte se ven Anboto, Sierra Elgea, Sierra de Aizkorri, Itxogana, Indiagana y Arburu. En el noreste aparecen San Cristóbal (Oteo), Bitigarra, San Cristóbal (Iturrieta) y Murube.Panorámica desde SoilaYa en el este se distinguen Cruz de Alda, Arnaba, Hornillo, el pueblo de Antoñana y ligeramente al sureste, Santikurutz Kanpezu, Sierra de Kodes y Joar.
Por el sur se ven Muela y la cadena íntegra de la Sierra Toloño. El enorme bosque de Izki se extiende por el oeste.Panorámica desde SoilaSe ven el monte Belabia y muy lejos la Sierra de Arcena. San Justi y la zona de San Cristóbal (Apiñaniz) quedan hacia el noroeste, asi como el monte Kapildui.Soila mendiaren gailurra - 2007ko uztailaren 25ean
Para el descenso retrocedemos hasta el cruce del cresterío y bajaremos por la otra vertiente, la que ofrece sus vistas a Antoñana. Es la "Senda de Hagin" y pasaremos bajo este singular tejo, protegido por el Decreto 23/1997 del 11 de Febrero, y en apenas 45 minutos nos dejará de nuevo en Antoñana.Regreso a Antoñana
En algunos tramos encontraremos unas cuerdas que nos ayudaran a descender más seguros por pendientes pronunciadas si estas están mojadas.

Tejo de Antoñana:
Partiendo de Antoñana, junto al camino que conduce al monte Soila, encontramos este magnífico ejemplar, en el que llama la atención su forma caprichosa y tamaño.
El Tejo de Antoñana, árbol singular de Araba

Su madera fue muy cotizada desde el neolítico para diversos usos. Aunque tuvo una enorme importancia en la cultura y tradición de los pueblos del norte de la Península durante mucho tiempo, fue ignorado debido en parte a su toxicidad, lo que ha provocado la reducción de su hábitat.

Recientemente se ha descubierto que una sustancia que contiene la corteza, el taxol, tiene propiedades curativas.

Llama la atención su corteza roja y sus frutos que atraen a diversas especies de pájaros. Esta especie requiere una cierta humedad ambiental y prefiere suelos calizos. En el Euskal Herria esta relacionada con el hayedo.

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